lunes, 26 de noviembre de 2012

BASURA Y DOBLE DISCURSO

“HAZ LO QUE YO DIGO PERO NO LO QUE YO HAGO” 

Cuando se anuncio la continuidad del relleno sanitario Norte III de la Ceamse hasta 2016, el jefe comunal de San Miguel -Joaquín De la Torre-, junto a sus pares de Tigre, San Fernando y San Martín, decidieron enviarle una nota al gobernador bonaerense Daniel Scioli y al Jefe de Gobierno Porteño Mauricio Macri, donde manifestaban su rechazo a esa prolongación temporal de la vida útil de la Ceamse y pedían una reunión para definir políticas sobre el tratamiento de la basura. 
Lo planteado por el intendente de San Miguel era lo correcto, había que cumplir con las leyes vigentes y esa legislación era contraria a la extensión del basurero de Campo de Mayo; por otro lado, al solicitar una reunión con Macri y Scioli estaba haciendo lo recomendado por todas las teorías políticas modernas: incluir actores relevantes en la mesa decisoria de solución de problemas. Asimismo la postura del intendente era en clara defensa y toma de posición a la cuestión medioambiental. 
Nadie podría estar en desacuerdo con estos justos reclamos del mandatario local; solo una persona ha demostrado oponerse a tan nobles planteos y ese acérrimo negador de las acertadas expresiones no es más ni menos que el mismísimo Joaquín De La Torre. 
El intendente sanmiguelino dice para afuera lo que no hace para adentro, su doble discurso es evidente y la discrepancia entre la declamación y la acción es una constante. 
La incongruencia entre el sentir, el decir y el hacer, alteran las causas del problema de la basura y ese revoltijo de acciones y contradicciones, de coherencias e incoherencias hace disminuir la efectividad de la administración local, ya que por lo ambiguo se hace impensado que la “Gestión Joaquín” reconozca -y menos aun corrija- errores. 
Mientras por un lado -y para afuera de San Miguel- Joaquín De la Torre se aferra a las leyes para manifestarse -con justa razón- en desacuerdo a la posible prolongación de la vida útil de la Ceamse; para adentro -con total desapego normativo- tiene contratado el servicio de recolección de residuos urbanos haciendo caso omiso a la Ley Orgánica de las Municipalidades, donde se exige la licitación pública por prestaciones de particulares. Esto es así debido a que hace mas de cinco meses que la contratación directa y provisoria de Panizza esta vencida por holgada finalización del plazo de la emergencia que le dio sustento, como si esto fuese poco cosa, a ese tiempo de servicio irregular hay que sumarle los años que Covelia llevo adelante la misma actividad “de hecho” por licitación vencida. De esta forma, durante casi todo el periodo de los gobiernos de la “Gestión Joaquín”, la recolección de basura se llevo y se lleva sin ajustarse a lo estipulado legalmente. En conclusión: Quien exige cumplimiento de la Ley, incumple la Ley. 
El doble discurso también queda a la vista cuando se le reclama dialogo a Scioli y a Macri para definir políticas sobre la Ceamse; sin embargo ese intercambio democrático solo se pide para afuera, para adentro la realidad es otra: el HCD sesiona cada vez menos y lo hace sin debates, sin exposiciones de ideas; los concejales deben “pedir permiso” para presentar sus proyectos, porque -según ellos mismos afirman- el Ejecutivo quiere tener “el control” de los temas que ingresan al recinto; seguramente esto es cierto y pueda demostrarse recordando que nunca se ha tratado una Ordenanza sobre adjudicación del servicio de recolección de residuos. En síntesis quien reclama dialogo y participación, censura el debate y el intercambio de ideas. 
La cuestión ecológica no es ajena a dobles mensajes, en este tema –al igual que en los anteriores- hay una teoría predicada y otra aplicada. En el discurso -al exterior- se advierte sobre los daños medioambientales y se hacen declamaciones que no se ven reflejadas en el accionar de gobierno; al solo ejemplo Panizza compacta la basura en camiones que no disponen de un recipiente para almacenar los líquidos que esa compactación arroja y ese licuado putrefacto cae directamente al suelo sanmiguelino, evidenciándose un total desprecio al medio ambiente defendido desde la retórica; por otra parte y para ilustrar acabadamente este doble discurso, mientras para afuera se expresa preocupación por el cuidado y salud ambiental, de entrecasa se arrojan bolsas de basura en municipios vecinos. Otra vez quien dice una cosa, hace la otra. 
Hay un indudable divorcio entre la palabra y la acción de Joaquín De La Torre; quizá el no esté mintiendo, tal vez sea propenso al autoengaño.

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